La primera visita al optómetra debe ser antes de los 6 meses de vida; En esta primera valoración se podrá verificar el correcto desarrollo visual, ademas de la identificación de anomalías.
Posterior a esta visita es indispensable continuar con controles periódicos semestrales, y partir de los dos años las visitas pueden ser anuales.
Estos controles periódicos son los que nos permiten verificar el adecuado desarrollo a temprana edad y hacer las correcciones requeridas.
Los niños que presentan un inadecuado desarrollo y este no es identificado a tiempo, para realizar un tratamiento, presentan retrasos cognitivos y sociales.